jueves, 21 de febrero de 2013

Barroco en México. Michele Méndez


En nuestro país, las dos culturas que se fusionaron en la Colonia, la Indígena y la Española, poseían un profundo sentido religioso en el que se mezclaron ritos, leyendas y antiguas creencias que desembocaron en una nueva concepción, una nueva cultura que dio paso a lo que hoy conocemos como; México. El indígena aún no se recuperaba de la sorpresa causada por la ruda invasión, cuando ya se encontraba trabajando arduamente en la construcción de templos y edificios. Estas estructuras tuvieron diferentes corrientes que diseñaron y llevaron a cabo el estilo de estas obras.
En los albores de la época colonial, muchos de los templos y conventos levantados por las órdenes mendicantes que llegaron a la Nueva España (franciscanos, dominicos y agustinos), fueron concebidos con imponentes formas que semejaban fortalezas. Muchas de las fundaciones organizadas por estos frailes constructores, estaban dispuestas en la forma arriba descrita y las calles principales desembocaban en el templo, cuyos aspectos decorativos con nivel estético respondían a las modas artísticas de la época como Gótico, plateresco, barroco, entre otros estilos que se utilizaron.
La importancia del periodo colonial es determinante tanto para la historia de nuestro país como nación independiente como para la historia de todo Occidente, ya que, a partir de ese momento, América entró a formar parte del mundo que hasta entonces conocían los europeos.
La religión católica ganó nuevos e importantes territorios, cambió el lenguaje, la traza de las ciudades, las manifestaciones culturales y artísticas y se inició el mestizaje o sincretismo, es decir la mezcla entre los conquistadores y los conquistados, combinación que definió el carácter actual que tiene México.
Todo esto origino diferentes transformaciones que alcanzaron a las ciudades. Estas crecieron y su arquitectura cambió de estilo; el barroco, que en ese momento estaba de moda en Europa, fue también asimilado en la Nueva España. Muchas familias españolas adineradas financiaron la construcción de grandes catedrales y casas en diferentes ciudades como México, Querétaro, Puebla, Zacatecas entre otras.
A partir de esa incursión, surgieron distintas variedades de barroco de indias. En mi opinión, el más atractivo y representativo de la colonización y de la situación mestiza, es el barroco indígena. El más claro ejemplo es la Iglesia de Tonantzintla
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